sábado, 1 de octubre de 2022

ALFONSO ALVAREZ HUANCA - SICUANI

 

Alfonso Álvarez - 2010

(Alfonso Álvarez Huanca, Perú, 1933 - 2021). Pintor y escultor, sicuaneño, seguidor del movimiento indigenista peruano y del renacimiento italiano. Sus inclinaciones artísticas nacieron del estudio de diferentes artistas peruanos como Sabogal, Camino Brent, Julia Codesido, Machicado, entre otros, y de sus excursiones a centros arqueológicos de la región y a comunidades andinas durante su juventud, los mismos que orientaron el posterior desarrollo de su pintura y escultura.

Nació en la villa de Sicuani, de la región Cusco, un 27 de abril de 1933, sus padres fueron don Eulogio y Doña Emilia, madre que descubrió sus capacidades artísticas y que guio con amor la vocación innata del pequeño Alfonso. Hizo sus estudios de la educación básica en su tierra natal, en el Centro Escolar 791 y el Colegio “Mateo Pumacahua”; y sus otros estudios, como decía él, los realizó en la “Escuela de la Vida”. Su gusto por representar y retratar al pueblo indígena se desarrolló gracias al contexto por el que el Perú, fue atravesando desde las primeras décadas del siglo XX, donde lo originario empezó a tener un mayor lugar dentro de los intereses de las ciencias y las artes.

Estando radicado por varios años en la Ciudad Blanca de Arequipa, lugar donde perfeccionó sus técnicas y estudio para el modelado y escultura, es allí donde vivió una intensa actividad artística, conoció a jóvenes artistas del movimiento popular de la acuarela, al tiempo que contactó con un grupo de intelectuales jóvenes, literatos y pintores que se inclinaban a la corriente peruana indigenista, de José María Arguedas y José Sabogal.

Las esculturas y replicas rápidas de santos y vírgenes, era en aquella época, del gusto y agrado de la sociedad siempre que ésta se circunscribiera al tema de la imagen en pequeño formato. La temprana obra de Álvarez, se remite a trabajos por encargo y de tamaño pequeño; pero su genio e iniciativa hizo que rápidamente adquiera mayor alcance al aplicar la escultura directa a temas y formatos de mayor complejidad y tamaño.

Nuestra Señora de los Andes del artista
canchino Alfonso Álvarez Huanca

Seguro de sus ideas y talento, decide retornar a la tierra natal para iniciar su trabajo desde una perspectiva propia, es así, que instala su pequeño y acogedor taller, en el barrio Bolívar, en la calle Vilcanota, próximo a la plaza de Pampacucho y Mercado Central, zona céntrica de la ciudad de Sicuani, irradiando desde allí una fructífera y perseverante actividad artística cultural.

En un primer momento a su retorno a la patria chica, por su paciencia y calidad de su trabajo se vió inundado por una especial euforia de la población de solicitudes de imágenes con contenido religioso, a la par que realiza bocetos y estudios de representaciones andinas, resaltando sus esculturas de Túpac Amaru, Cecilia Túpac Amaru, Cesar Vallejo, Mariátegui, el “Che”, entre otros. Es en aquella época, a inicios de la década de los 70, que en Sicuani, se crea la prima filial de la “Casa de la Cultura” en Canchis, contactándose con Luis Nieto Miranda, Federico Cárdenas Zapata, Blas Valerio Aguilar Guerra, Jorge Delgado Illanes, Ernesto Aguilar Claros, Vladimir Alencastre Yáñez, Carlos Cáceres Villa, Juan Anco Cayo, entre otros, quienes reconocían y apreciaban su trabajo como artista, pintor y escultor.

A partir de 1970, la escultura y pintura de Álvarez, se vuelve más compleja y la inmediatez y la euforia iniciales se transforman en insatisfacción y melancolía, en un difícil intento por conciliar la técnica fresca y expresiva de sus primeros años con búsquedas más profundas y ambiciosas que podían prolongarse durante varios días, meses e incluso años, con la intención de crear obras que encerraran una mayor profundidad y mensaje. “La madre andina”, “La ñusta de oro”, “El Qanchi”, “Pachacutec”, entre otras, son obras que forman parte de una de sus series más profundas y representativas.

La escultura de la Madre Andina, impactó en el ámbito cultural de la región y el país, y es a través de esta obra que se fue difundiendo progresivamente los trabajos artísticos y el talento de Alfonso Álvarez; escultura inspirada en la belleza andina, nombrada como la Hatun Aclla, Isabel Mamani, del distrito de Tinta. La Prelatura de Sicuani, solicitó en múltiples oportunidades a Don Alfonso, para reproducir la bella escultura, con la finalidad de llevarla como símbolo representativo y embajadora de Canchis y las provincias altas del Cusco, en eventos nacionales e internacionales. Fueron muchos los visitantes que arribaban desde diferentes latitudes del mundo a visitar al maestro Alfonso y llevarse como legado de su genio creador una réplica en diferentes formatos de la “Madre Andina”. El año 2010, el obispo Miguel La Fay Bardi, de la Prelatura de Sicuani, encargó la elaboración en tamaño gigante de la Madre Andina, que representa a una mujer sentada amamantando a su hijo, en actitud de infinito amor y que simboliza desde diferentes interpretaciones a la Pachamama (madre tierra). Esta original escultura hoy se encuentra en la Catedral principal de Sicuani, como “Nuestra Señora de los Andes”, título que se le otorgó al momento de su entronización.

Genial escultura en Bronce del inmortal Cholo Nieto,
busto que se halla al ingreso del Teatro Municipal
Luis Nieto Miranda de Sicuani

Las obras que quedan imperecederas en la ciudad de Sicuani, de la obra de Alfonso Álvarez, son: El Busto en yeso piedra de Cecilia Túpac Amaru (1970), en el malecón del mismo nombre; La Fuente del Niño (2004) en el patio principal de la Escuela 792, elaborado en bronce y piedra natural; El Busto en bronce de Luis Nieto Miranda (2010), el cual se halla ubicado en la puerta de acceso a la Casa de la Cultura; La Madre Andina o Nuestra Señora de los Andes (2011), en la Catedral de la Prelatura de Sicuani; entre otras. En maquetas magistralmente elaboró réplicas de “El templo del dios Wiracocha” (Raqchi), “La capilla de Raqchi”, “La Waka de Suyo”, “El Arco de Pumacahua”, “La Catedral antigua de Sicuani” y “El santuario de Machupicchu”.

Sin embargo, la más conocida pasión que cautivo toda su vida al Maestro Álvarez, es a la que dedicó desde aproximadamente 1965, y hasta su muerte, replicar la famosa escultura de “La Piedad”, obra del artista italiano Miguel Ángel Bounarroti, a quien admiró y estudió profundamente; evidencia de ello es la cantidad de libros y fotos de la obras geniales de Miguel Ángel, que celosamente guardaba en su taller. Álvarez, sin duda fue un artista multifacético dominando diferentes técnicas de las artes plásticas, dibujaba con lápices, al carbón, con pluma y tinta china. Pintó con gran talento al agua (acuarelas) y en lienzos con oleos y acrílico.

La piedad, replica elaborada por Alfonso Álvarez
y que lamentablemente quedo inconclusa

Álvarez, también tuvo un amplio repertorio de obras, en dibujos y pinturas, de los cuales, muchos de ellos se encuentran hoy en colecciones privadas. Entre sus obras más reconocidas, se encuentran, “El cargador”, “Raqchi”, “La Virgen de la silla”, “El Arcángel Miguel”, “La muerte del Che”, “La creación”, entre otras.

Durante los últimos años de su existencia, el artista trabajó en torno a su humilde taller ubicado al interior de una vivienda en la calle Vilcanota, donde recibía a sus admiradores y amigos, compartiendo amenas tertulias y diálogos sobre diferentes temas sociales, culturales y de actualidad. Gustaba de la lectura, de saborear un vino añejo, de escribir poemas y composiciones literarias, los cuales leía junto a sus discípulos.

Escultura a Túpac Amaru de autoría
del maestro Alfonso Álvarez 

Todo el tiempo y el dinero que Álvarez invirtió en su vida fue para desarrollar su talento y trabajo de escultura, lo cual en algún momento se vio compensado por el reconocimiento de muchas personas, especialmente de aquellas llegadas del extranjero, y por el despliegue de réplicas muy apreciadas de su trabajo en el Perú y el mundo, con el sello de Arzavel. Álvarez, en sus últimos días, vivió agobiado por la soledad y la falta de recursos económicos, lo que agravó con la inesperada presencia de la Pandemia; fue olvidado especialmente por las autoridades e instituciones que debían proteger al artista representativo de la provincia de Canchis y el Perú. Alfonso Álvarez Huanca, deja de existir en el Hospital de Sicuani, a consecuencia de haberse infectado con el Covid 19, a los 88 años de edad, un 26 de mayo del 2021. Las esculturas e imágenes que forman parte de la memoria de Alfonso Álvarez, son un legado y percepciones del arte con significado, con concepto, lo que de algún modo, resultará una anticipación de lo que será más tarde el arte peruano indigenista en el mundo.

Guido Amílcar Ancori Cervantes

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