lunes, 19 de julio de 2021

Pileta de hierro de la plazoleta Jorge Chávez, en la ciudad de Sicuani - Cusco

Aproximadamente entre 1880 y 1890, se instala en la plaza principal de Sicuani, una pileta de hierro, traída desde Europa, perteneciente a una serie que llego a América del Sur; de las tres piletas idénticas, una se destinó a la villa de Sicuani (Cusco), la segunda a la provincia de Yunguyo (Puno) y la tercera al vecino país de Chile, ubicándose en la plaza Echaurren de Valparaíso.

Posteriormente, debido al proyecto de mejoramiento de ornamentación de la plaza de Sicuani, la pileta se trasladó a la plaza “Libertad” (hoy Clínica Municipal), ubicada contigua a la misma plaza central, lugar donde permaneció hasta 1937, fecha en que se inauguró la Plazoleta Jorge Chávez, decidiéndose reubicarla allí definitivamente la escultórica pileta.

En la pileta se puede observar a tiernos niños, como ángeles sobre una especie de sirena, quienes soportan una amplia bandeja esculpida, toda en hierro, por donde discurre agua cristalina que brota desde la parte superior de la pileta.

Por su historia y significado, esta pileta debe ser conservada como patrimonio cultural de la ciudad y es deber de todo ciudadano grande y pequeño cuidarla y preservarla.




sábado, 10 de julio de 2021

PRIMER MONUMENTO DE TÚPAC AMARU II EN EL PERÚ Y ÁMERICA


En la provincia de Canas, en su capital Yanaoca, entre los años de 1966 y 1967, se erigió un monumento de bronce en homenaje al libertador indígena José Gabriel Túpac Amaru, en aquella época se llegó a catalogar esta obra, como el primer y único monumento en el Perú y América de Túpac Amaru II.

Desde su sanguinaria y cruel ejecución en el Cusco el año de 1781, por parte de los españoles, en el transcurso de casi 200 años, nadie se atrevió a rendir homenaje de forma pública, a Túpac Amaru II,  aquel hombre que escribió con sangre el legítimo derecho de libertar de todos los peruanos; si bien es cierto que de manera tenue existían datos sobre el levantamiento de Túpac Amaru, en libros de historia, no había una imagen, una figura representativa que a la vez de rendir homenaje, nos hiciera recordar al ser humano, a la persona que se puso al frente para defender a sus hermanos de raza y abolir las leyes españolas tan perniciosas, de abuso, tiranía, usurpación y robo, que perpetuaban día a día los españoles en nuestra propia patria.



Teófilo Uscamayta Huamán, sacerdote, quien había servido en diferentes parroquias del Cusco, natural de Maras, Urubamba, entre los años de 1963 y 1964, llegó a Yanaoca a través de un nombramiento de “Vicario”, donde joven y fiel a su estilo se hizo cargo de muchas responsabilidades, ayudando a las familias, comunidades y hasta solidarizándose con los jóvenes estudiantes, asumiendo “ad-honoren” el dictado de las horas de Religión, en el naciente colegio José Gabriel Túpac Amaru, el año de 1965. En aquella época, desempeñándose como Párroco, es que inicia una cruzada para recaudar fondos y erigir un monumento en homenaje al líder andino Túpac Amaru II, en el distrito de Yanaoca, lugar desde donde se declaró abiertamente la guerra al gobierno español por la libertad de todo el Perú y América. Fueron muchas las ideas que se pusieron en marcha, a la vez que se procedió a sustentar el proyecto de identidad y revaloración sobre el significado y trascendencia de todos los acontecimientos del levantamiento de los Túpac Amaru. La marcha del “Sol”, kermesses, colectas públicas voluntarias, donaciones de familias notables, entre otras, fueron las estrategias para lograr fondos económicos, con la finalidad de poder financiar la construcción del monumento a  Túpac Amaru. Se requería para dicho fin contratar artistas y escultores entendidos en el tema, aparte que había que financiar el material requerido el cual consistía en cientos de kilos de bronce; porque el monumento debía ser imponente y perfectamente elaborado en todos los aspectos.



Las primeras gestiones tuvieron lugar en el Cusco, donde artistas utilizando arcilla y yeso diseñaron algunos bocetos de lo que sería la imagen del Cacique de Tungasuca, Pamapamarca y Surimana. Los estudios e investigaciones se profundizaron para aproximarse a la genealogía y rasgos físicos de José Gabriel, además que debía documentarse adecuadamente sobre los vestidos y atuendos que acostumbraba usar como Inca en la colonia. Los primeros bocetos en esculturas no fueron del agrado de Teófilo Uscamayta, decía las veces que visitaba los talleres: -Falta la majestuosidad del personaje-. Nunca se dió por vencido, a pesar que la gestión era agotante, sumándose a ello la falta de recursos económicos. Vuelve a impulsar su gestión junto a los vecinos de Yanaoca y amigos que habían jurado su apoyo, embarcándose rumbo a la ciudad capital Lima, en busca de mejores propuestas. En momentos de frustración, decía a sus cercanos colaboradores: -No me importa, si es necesario llegaré a Europa en busca del artista que forjará a Túpac Amaru-. Era tanta su convicción que deseaba reproducir una imagen clara que expresara la personalidad del indómito Inca libertador, como el mejor homenaje a José Gabriel Túpac Amaru, desde su propio pueblo.

En 1966, Uscamayta visitó en Lima, el taller del artista Roberto Tuni Garcilaso, natural de Puno, quien se había comprometido a elaborar una propuesta; esta se veía regia y gallarda, siendo inmediatamente aprobada por el Párroco Uscamayta, para luego ser llevarla a los talleres de fundición de la ciudad capital, de Bruno Capiola, empresa que gozaba de reconocido prestigio por sus monumentales y sobrias obras en Lima y otras ciudades del país. El sacerdote Uscamayta, toco muchas puertas para conseguir el apoyo y los recursos para el proceso de fundición, los cuales eran realmente onerosos, En su libro “Historia y odisea del primer monumento a Túpac Amaru II” (Uscamayta, 1981), refiere que el Ministerio de Guerra, dono miles de casquillos de balas (Bronce), y aun así todavía faltaba la materia prima y presupuesto; es así que gracias a su inquebrantable perseverancia logro apoyo efectivo de un legislador y otros paisanos radicados en la Capital.



Una vez terminada la obra y estando lista la escultura en bronce del glorioso mártir de la libertad, esta fue acondicionada, de pie, en una plataforma para ser trasladada hasta Yanaoca - en la provincia de Canas;  pero antes, debía hacer todo un periplo por las ciudades y pueblos donde tuvo como epicentro el levantamiento indígena peruano de Túpac Amaru II. Cuando la comitiva llego a los pueblos del valle del Vilcanota, para luego trasladarse por la vía de Combapata hacia los pueblos de Pampamarca, Tungasuna y Yanaoca, toda la gente saludaba desde pie de carretera, muchos con lágrimas en los ojos, quitándose las prendas de la cabeza y agitando sus manos, dando la bienvenida, a su padre y señor, José Gabriel Túpac Amaru.

Finalmente el año 1967, con gran respeto y algarabía, los pobladores de los pueblos de Yanaoca, Tungasuna, Pampamarca y otros, subieron la efigie de José Gabriel Túpac Amaru, a su pedestal principal, en la plaza de Yanaoca, levantado con piedras labradas, traídas desde la Quinta Toronayoc (Ch´eqerec) - Maras, lugar de nacimiento del Dr. Teófilo Uscamayta Huamán. De esta manera, esta obra de ejemplo de lucha, convicción, perseverancia e identidad, se constituyó en el primer homenaje público a Túpac Amaru II, en el Perú y América; obra, como alguien dijo, de un Uscamayta, quien pertenece a una familia de linaje real de los Incas. Muchos al contemplar la obra en aquellos años sugerían que el monumento por su gran significado debía ubicarse en la plaza de Cusco.

Notas:

El Centro Federado de Periodistas de Cusco, honra al Dr. Teófilo Uscamayta Huamán en el cargo de “Capellán”.

El 1° de diciembre de 1984, fallece en Cusco el Dr. Teófilo Uscamayta Huamán.

Bibliografía:

Historia y odisea del primer monumento a Túpac Amaru II - Teófilo Uscamayta Huamán, editorial universo S.A. Lima 1981.

Artículos periodísticos de la época.

© Escribe: Guido Amílcar Ancori Cervantes.

sábado, 3 de julio de 2021

EL TREN EN SICUANI Y LA PROVINCIA DE CANCHIS


Se sabe por historia que en el siglo XIX los británicos inventaron el tren; a finales de este siglo, construyeron una vía férrea que conectara Buenos Aires (Argentina) con el Puerto de Mollendo (en el sur del Perú), para evitar cruzar el largo y peligroso Paso de Magallanes al extremo sur de Sudamérica, paso natural de mayor importancia entre los océanos Pacífico y Atlántico. El tren cruzaba Bolivia y Puno y desde allí se tendió una extensión hasta Marangani y Sicuani, para extraer y explotar la preciada lana de alpaca.

El ferrocarril del sur fue uno de los más importantes del Perú. Es el más extenso de todos los ferrocarriles que han construido y que aún circula en el Perú. Lo tuvo a su cargo Meiggs (empresario estadounidense que tuvo éxito en la construcción de ferrocarriles en Chile y en el Perú, países en donde desarrollo notable influencia política y económica). Empieza en el puerto de Mollendo, sube hasta Arequipa, para después llegar a Juliaca donde se divide en dos ramales, uno hacia Puno y otro hacia la ciudad del Cusco. Con relación al Cusco el punto más alto de esta vía alcanza en La Raya (limites departamentales entre Puno y Cusco). Actualmente es operado por la empresa Perú Rail. Este ferrocarril se inició con la puesta en servicio del tramo Mollendo-Arequipa en primero de enero de 1871. Posteriormente se completó la línea Arequipa-Puno que se puso en servicio en enero de 1874. Obreros peruanos y bolivianos tuvieron a cargo de los trabajos. El costo de este tramo fue de 33 millones de soles. El costo del tramo Mollendo-Arequipa tuvo en aquel entonces una inversión de un millón ochocientos mil soles. Costo del tramo Juliaca-Cuzco, 25 millones en 1872 y se paralizó en 1875 por dificultades económicas. En 1890, después de quince años de inactividad debida a la guerra y otras causas, firmado el contrato Grace, se reiniciaron los trabajos por parte de la Peruvian (Peruvian Corporation, empresa inglesa constituida en Londres 1890 por Michael Grace), para terminarlo hasta el Cusco. En 1892 se llegó a Maranganí y en 1894 a Sicuani en la provincia de Canchis. Ingreso al Cusco ya en el siglo XX, 1908, después de 16 años de que la provincia de Canchis ya contara con este adelanto tecnológico. Fue cedido a la Peruvian a perpetuidad en 1928.

La estaciones oficiales del tren en la provincia de Canchis y Aledaños fueron: Pucará 56, Tirapata 67, Ayaviri 91, Chuquibambilla 109, Santa Rosa 131, La Raya 159, Marangani 186, Chectuyoc 190, Sicuani 197, San Pablo 210, Tinta 222, Checacupe 237, Cusipata 257, Urcos 285, Huambutio 305, Oropeza 312, Sailla 319, San Jerónimo 327 y Cuzco 337.