miércoles, 6 de octubre de 2021

SICUANI Y EL ARCO DE PUMACAHUA


El histórico “Arco de Sicuani”, restos que se hallan ubicados al ingreso de la plaza principal, en la calle 2 de mayo de Sicuani, fue construido en 1782, inmediatamente firmado el acuerdo de paz o armisticio en Sicuani, entre Del Valle y Diego Cristóbal Túpac Amaru. Después de mantenerse en pie el pétreo Arco por más de un siglo, se desplomó la madrugada lluviosa del 06 de febrero del año 1918, por descuido y desidia de las autoridades y vecinos del lugar. El Arco de blanca piedra, al ingreso a la plaza principal, le dio por muchos años notoriedad y singular aspecto al pueblo de Sicuani, no solo por su arquitectura, sino por los diversos hechos históricos vividos y por constituir un elemento simbólico del Perú colonial, indio y mestizo. Solamente queda en pie, desafiante al tiempo y a la indiferencia de los pobladores una columna, con musgos, cicatrices y sedimento corroído como evidencia de su perpetuo abandono.

Históricamente es cierto que el cacique Pumacahua combatió denodadamente contra Túpac Amaru, quien enarboló las banderas de la independencia en 1780, creyendo Pumacahua en ese momento que era justa su lealtad a la corona, poniendo de manifiesto su férrea disciplina como jefe militar e indio noble. Criticado por historiadores como personaje contradictorio.

Pumacahua, trastocó todos sus principios antiguos, cuando fue convocado al levantamiento del Cuzco, en 1814, contra los españoles, uniéndose al ejercito independentista junto a los hermanos Angulo y a las huestes patriotas de los departamentos de Puno y Arequipa. Enfilo presuroso y decidido con sus tropas indígenas, hacia Puno y Arequipa, batiéndose valerosamente contra los realistas para vencerlos en la “Apacheta”; cayendo después derrotado en la batalla de Umachiri, lugar donde fue fusilado el joven patriota arequipeño Mariano Melgar .

El anciano y vigoroso rebelde fue apresado y ejecutado en tierras canchinas “lo apresaron unos mestizos en Marangani, para luego trasladarlo a Sicuani, donde fue sometido a proceso sumario y ejecutado en la horca, en cadalso levantado en la plaza de esa localidad”. Uno de los brazos de Pumacahua, seccionado desde el hombro fue exhibido en el Arco de piedra, dijeron para escarmiento; pero fue todo lo contrario, porque atizó aún más en los peruanos los sentimientos de rebelión y libertad; y el nombre de Pumacahua, se impregnó en los corazones sicuaneños y en el alma del pueblo; es así que al Arco, comenzaron a llamarlo como “Arco de Pumacahua”.

El Arco que utilizaron los españoles para reprender y escarmentar a la población indígena, se desplomó después de una noche lluviosa, en la madrugada de febrero del 1918, sus piedras fueron levantadas y arrumadas en el patio trasero del local municipal; de ese lugar muchas de ellas fueron trasladadas para utilizarlas como materia prima en la elaboración de las portadas de piedra, característica de aquel entonces de las viviendas de Sicuani, sin preocuparse por la inmediata reconstrucción del famoso Arco. El intelectual Dr. José Gabriel Callo, en sus publicaciones en periódicos y revistas cachinas (1918-1920), promovió la reconstrucción del Histórico Arco de Pumacahua, como un justo homenaje al prócer y a todos los sucesos de lucha de los canchinos por la independencia. Otros pedidos se sumaron año tras año y la histórica estructura continua derruida.

El Instituto Nacional de Cultura INC, en más de una oportunidad se pronunció e hizo propuestas que la Municipalidad de Canchis, no tomo en cuenta o considero, básicamente se trata de llegar a un acuerdo con los vecinos donde debe descansar la columna faltante. Estamos a la espera que alguna autoridad municipal decida reconstruir el Arco de Pumacahua y devolverle a la ciudad uno de sus patrimonios más importantes de identidad de los sicuaneños y canchinos.

El Arco fue construido en Sicuani por la importancia y jerarquía del lugar, solo las grandes ciudades con historia tienen su Arco, como es el caso de Paris, Andalucía, Tacna, entre otras. Los Arcos son signo de hazañas, grandeza, superación y también de epopeyas de guerra. Reconstruyamos el Arco de Pumacahua en Sicuani.

© Guido Amílcar Ancori Cervantes