sábado, 11 de septiembre de 2021

LINO GABRIEL ARAGÓN CLAROS

Conocí a Aragón en Sicuani y encontré en él a un músico lleno del más puro y apasionado espíritu indio. Desde entonces lo admire y lo quise como a un hermano(*).

José María Arguedas

Lino Gabriel, Nació en el hermoso distrito de Combapata, junto al Salka y Wilcamayu, un 18 de enero de 1914. Fue el más grande músico folklorista de Canchis. Ha sacado a la palestra 68 publicaciones en cancioneros con las letras de casi un millar de composiciones de autoría propia en quechua y castellano, de waynos, yaravíes y marineras. Director del “Conjunto Folklórico Ccanchis”. Fue reconocido por la Casa de la Cultura - Lima, como artista nacional; laureado y galardonado a nivel nacional e internacional con algo más de 50 medallas de oro. Llevó la música y poesía del ande peruano, de la provincia de Canchis y Combapata al Perú y América, recorriendo un sinfín de pueblos y ciudades del Perú y el extranjero.

Realizo sus primeros estudios en la localidad de San pablo, para luego proseguirlos en Sicuani, capital de la provincia de Canchis, tuvo muchas dificultades para concluir sus estudios secundarios porque lo aquejaba la pérdida progresiva de la vista entre los 18 y 20 años de edad.

José María Arguedas, tuvo la oportunidad de escucharlo y conocerlo, cuando trabajaba como profesor en Sicuani, catalogándolo como un gran músico y puente de vivencia y sentimientos entre lo indio y occidental.

Entre los años de 1970 y 1980, en el tren de Cusco - Sicuani, en la ruta entre Combapata y Sicuani, viajaba constantemente tocando y cantando con su singular arpa mestiza deleitando a asiduos pasajeros con los hermosos y emblemáticos huaynos canchinos.

Lino Gabriel, no tuvo el apoyo de las instituciones que debían velar por promocionar y proteger su obra musical, las grabaciones y discos editados los hizo con su propio y escaso peculio. Es lamentable que la mayor parte de su obra poética y musical se encuentre pérdida y abandonada, siendo profanada por otros músicos quienes se apropiaron de sus hermosos waynos canchinos.

A pesar de su edad, su quebrantada salud y de haber perdido completamente la vista, hizo música hasta el último día de su existencia, murió el año 2005, a los 91 años de edad en la tierra que lo viera nacer.

Sus creaciones más populares son: Amorcito de otros tiempos, a las Orillas del Vilcanota, Labios mentirosos, Hoja verde de la coca, Urqukunapa yawanin, No es mi culpa, Chola pretenciosa, Lunareja, Clavelina, Combapata tierra querida, Linda caneñita, San Cristóbal (Huayno dedicado a la empresa de transportes), Dicen que te casas, entre muchas otras más.

…Cuando un corazón siente inmenso amor, pide a su ser amado el odio o el amor, y no calla nunca lo que siente… Lino Gabriel Aragón Claros.

© Guido Amílcar Ancori Cervantes

miércoles, 8 de septiembre de 2021

La leyenda del maíz

Wiracocha dios creador de los Incas

Existe desde tiempos inmemoriales en los andes peruanos la leyenda del maíz y de como Wiracocha, dios creador (Viracocha Pachayachachi), les llevo las semillas del maíz a los primeros pobladores andinos, convirtiéndose en el alimento representativo y favorito de los incas del Tawantinsuyo.

Antes de que Wiracocha hiciera su gran recorrido por los andes del Perú, la gente solo se alimentaban de animales salvajes, frutos silvestres y algunas raíces. Nadie podía solucionar las dificultades que tenían para recolectar sustento diario y permanente, debido a que entre grupos tribales disputaban y se enfrentaban por ganar comestibles.

La situación era violenta y precaria, día a día la principal preocupación fue garantizar la comida en las tribus nativas, aparte de que no conocían un orden establecido para convivir entre ellos, muchas veces producto de su ceguedad cometían faltas y excesos entre ellos.

Wiracocha, como creador y hacedor de todo lo que existe en el mundo, preocupado como un buen padre por sus hijos, vio por conveniente enseñarles a vivir dentro de reglas y principios morales, además de situar en su inteligencia secretos para proveerles de alimento y vestido. Después de seleccionar amorosamente entre sus manos variedad de semillas, primero eligió el de la papa por sus calorías y carbohidratos; luego pensó en una planta medicinal y eligió las hojas de coca; y entre los granos más preciados eligió las semillas del maíz, planta que representa la grandeza de los dioses. Se dijo, “es suficiente, de ellas surgirá toda su alimentación y cuando aprendan a vivir como hermanos descubrirán otras semillas que también les dejo y que les proporcionaran variedad de alimentos por siempre”.

Desde la meseta del altiplano peruano, Wiracocha salió camino al norte deteniéndose en cada tribu y etnia para convocar a sus habitantes y líderes, y con mucha paciencia enseñarles a vivir como hermanos, el “Allin kausay”, ayudando y respetándose unos a otros; los vistió y les concedió secretos para domesticar a los animales y plantas, construir sus viviendas y unir las comarcas. La papa les entregó en variados colores e hizo gustar de sus excelentes sabores, diciéndoles “vayan cultívenla y hagan llegar a todos mis hijos”. Cuando ingreso a la región amazónica cogió un puñado de semilla de coca y esparció por los campos para luego decirles cariñosamente “usen esta sagrada planta medicinal para cuidar vuestra salud”. En algunos pueblos la gente se sorprendía de todas las cosas que hacía y el poder que tenía Wiracocha, y en su confusión trataron de atacarlo para matarlo; pero Wiracocha, al darse cuenta de sus malas intenciones, los reprendió, perdonó y trato con sumo amor que todos terminaron amándolo intensamente. Cuando llegó al valle del Wilcamayu (Vilcanota), cerca al Qosqo, entregó la semilla del maíz, diciendo a los hombres y mujeres que “es la semilla más preciada por sus hermosos granos, que la cuiden y cultiven en todo el valle desde los Canchis, hasta Paucartambo y Urubamba, en ella radica mis enseñanzas para que vivan juntos, en orden y armonía, como los granos de la mazorca del maíz". En el sector de Cacha (San Pedro - Canchis), lugar donde narran los cronistas españoles sobre la presencia de Wiracocha en tiempos antiguos, el maíz es deliciosamente dulce, dicen como huella del perdón y el inmenso amor del dios Wiracocha.

Cerámica Inca

Para calmar la sed en las incesantes jornadas de trabajo que entusiastas desarrollaban los pobladores andinos, Wiracocha pidió a las mujeres mayores preparar del maíz germinado jugo fermentado, bebida al que se le conoce como "chicha" (Aqha), que desde aquel entonces se hizo un elemento imprescindible en la vida de los pobladores andinos y de los Incas.

Después de terminar su recorrido por los andes, se despidió de la gente con mucho cariño, los hombres muy entristecidos y apenados lo acompañaron en su recorrido final hacia la costa peruana, porque cuentan los abuelos que Wiracocha se fue por el mar, caminando sobre las aguas, como la espuma, y nunca más lo volvieron a ver.

© Guido Amilcar Ancori Cervantes

viernes, 3 de septiembre de 2021

DIEGO CRISTOBAL TÚPAC AMARU Y EL ARMISTICIO DE SICUANI

La ejecución de José Gabriel Túpac Amaru, el 18 de mayo de 1781 en la plaza de cuzco, no marcó el final del gran levantamiento indígena contra los españoles, sucedió en el mando su primo hermano Diego Cristóbal (1750-1783), quien trasladó la capital de la rebelión al pueblo de Azángaro(Puno).

El mariscal de campo Del Valle, cuyo objetivo principal fue asegurar la tranquilidad de las poblaciones del valle del río Wilcamayu (Vilcanota), reforzó las defensas militares de Paucartambo y en el Sur las de Sicuani. Desarrolló su primera sangrienta campaña de pacificación, sin mayores resultados encontrando en el sur del Perú (Azángaro, Lampa) la férrea resistencia de las huestes indígenas rebeldes de Diego Cristóbal Túpac Amaru. Los españoles en su afán desesperado de lograr la pacificación del Virreinato, promulgaron un Bando (IX-1781) donde entre sus principales ofertas se consideraba el perdón general y la suspensión de Tributos por un año.

Diego Cristóbal, en una carta al visitador Areche, muestra su disconformidad y burla a la amnistía pregonada, al disponer los españoles la detención de su sobrino Mariano Túpac Amaru y la ejecución de Túpac Catari. A fines de 1781, Diego Cristóbal se inclina a pactar el perdón del Virrey, gestionada por el Obispo Moscoso y Peralta, firmada en Lampa (11-XI-1781) y que debería ser ratificada con su rendición en la villa de Sicuani, ante el mariscal Del Valle como jefe militar realista y autoridades, con ocasión del paso por dicha población de las tropas realistas de la segunda expedición pacificadora.

En el Cuzco, Del Valle, preparaba la segunda campaña de pacificación con 3000 hombres armados para eliminar los numerosos focos rebeldes diseminados en el sur y el alto Perú. Debido al acuerdo con Diego Cristóbal Túpac Amaru, marcharon Del Valle y el Obispo Moscoso y Peralta rumbo a Sicuani. Perfectamente informado del avance y ruta de los realistas, Diego Cristóbal bajo a Sicuani, con numerosa comitiva de resistencia indígena, que se mostraban incrédulos frente a la amnistía y perdón, siendo abandonado en el camino por muchos de su escolta principal. Entro a la plaza de Sicuani con algo más de 50 hombres. El líder rebelde descendió de su caballo y se detuvo frente a Del Valle, quien saludándolo le reitero la protección del Rey si cumpliese fielmente su promesa de sumisión, lo cual suavizo la tensión existente entre ambos jefes.

La ceremonia del indulto y juramento de fidelidad fue organizado y llevado a cabo en el pueblo de Sicuani, el 27 de enero de 1782, luego de que el obispo día antes, en misa solemne levantara la excomunión a Diego Cristóbal y familiares. El acto se desarrolló en la iglesia, ante las autoridades, oficiales y gran número de españoles, criollos, mestizos e indios. El auditor de Guerra leyó en voz alta el texto oficial, donde disponía la rendición, entrega inmediata de armamento, la presentación voluntaria de todos los que deseen acogerse a la amnistía, entre otros. Diego Cristóbal Túpac Amaru prestó el juramento y entrego su espada a Del Valle; recibida este la levantó mostrando a los presentes para luego devolvérsela, manifestando que con ella ayudará a la pacificación de los pueblos rebeldes. El alférez que sostenía el estandarte español paso tres veces por sobre la cabeza del rebelde en señal de sumisión. Al finalizar la ceremonia, indígenas de diferentes provincias solicitaron el perdón para ellos y sus familiares.

Hechas las pases, acompañado por Diego Cristóbal Túpac Amaru, Del Valle, continuo con la campaña hacia el Sur, mientras el Obispo Moscoso y Peralta retornó a Cusco. En Lima el 20 de Febrero de 1782, el Virrey Jauregui, publicó un Bando sobre “la rendición” de Sicuani, y la total pacificación del Sur.

El trato con los españoles fue un acto de cruel venganza, el armisticio de perdón y amistad promovido por las autoridades españolas no fue sincero, era un ardid mientras encuentran el pretexto para condenarlo legalmente. Finalizaba el mes de marzo de 1783, cuando un cura, denunció un conato subversivo en el pueblo de Marcapata, cuyo cabecilla fue Simón Condori; en el interrogatorio se forzó responsabilizar como autores intelectuales a Mariano Túpac Amaru, Diego Cristóbal y a su madre Marcela Castro. El oidor Matalinares, después de un juicio amañado y sumario expidió sentencia, la horca para Condori y su vástago, Diego Cristóbal torturado y atenazado con hierro caliente para luego ser ahorcado y descuartizado; también junto a ellos sufrió tortura y horca Marcela Castro, los otros supuestos responsables fueron sentenciados a destierro y otras penas.

Bibliografía:

- EDUBANCO (1983) TUPAC AMARU Y LA IGLESIA Antología - Lima Perú
- Valcárcel Carlos Daniel (1973) La Rebelión de Túpac Amaru - Lima Perú

© GUIDO AMILCAR ANCORI CERVANTES