Guido Amílcar Ancori Cervantes
Mateo García Pumacahua Chihuantito, natural de Chinchero, Urubamba, Cacique y Brigadier realista, participo directamente del levantamiento del Cuzco de 1814, junto a los Hermanos Angulo, Gabriel Béjar, Manuel Hurtado, el Arequipeño Mariano Melgar, entre otros. Su motivación fue la promulgación de la Constitución liberal y absolutista de 1812, que reconocía en primacía solo los derechos de los españoles y soslayaba la de los mestizos, criollos e indígenas en el Perú.
Después de una serie de
acontecimientos y de lucha permanente el levantamiento fue reprimido el 11 de
marzo de 1815, con la batalla entre patriotas y españoles en Umachiri, provincia
de Melgar en la región Puno, lugar próximo a las localidades de Lampa, Ayaviri,
Santa Rosa.
Luego de la derrota de la batalla
de Umachiri, los españoles iniciaron una sangrienta persecución contra los
cabecillas. Pumacahua se retiró rápidamente en dirección al Cusco, en el camino
no contó que sus principales allegados y gente que vio asesinar a muchos de sus
paisanos en Sicuani y Marangani, lo traicionarían para procurar su inmediata
captura. Pumacahua al llegar a Maranganí, busco posada en un sector inadvertido
para alimentarse y cambiar de caballo y así continuar su huida, con ese
propósito llego hasta el cerro Hatun Ateria jurisdicción de la hacienda
Chilligua de Marangani; ofreció pagar el apoyo con vistosas monedas de plata,
cuando fue enteramente identificado por los moradores de Marangani, procediendo
ellos a rodearlo y capturarlo; desde allí lo condujeron al pueblo para después
trasladarlo encadenado y fuertemente custodiado hasta Sicuani.
En el Diario de Operaciones del
Ejército realista del General Juan Ramírez, al respecto nos dice: “Después de
escribir los aprestos y detalles de la batalla de Umachiri realizado el 11 de
marzo de 1815, el día 14 pasamos al pueblo de Santa Rosa, fuimos acampar a la
pulpería, aquí llegó la noticia de que los cholos de Maranganí habían apresado
a Pumacahua y pedían auxilio para su conducción”…. “Al instante se les proveyó
de 50 hombres armados, quienes lo presentaron al día siguiente 15”. “Lo recibió
el General Juan Ramírez poniéndose a su lado, lo paso entre la tropa formado en
dos alas, previniendo a los soldados que no lo insultasen y que lo mirasen con
atención, como que había sido un brigadier del Rey: después de esta operación
lo entregó al comandante de las guerrillas para su custodio.”
El General Ramírez, en su Parte y
reporte al Virrey Abascal, le informa que "En el pueblo de Sicuani mandé
juzgar y sentenciar en una Junta Militar, al insigne caudillo Pumacahua, cuya
ejecución se hizo allí mismo, a presencia de los naturales".
En el cuartel general de Sicuani,
a los 17 días del mes de marzo de 1815, el señor Manuel Ponferrada Juez Fiscal
de la Causa, con asistencia del secretario, paso al calabozo que se dice fue
acondicionado en una vivienda de la hoy calle Pumacahua de Sicuani, que contaba
con barrotes en las ventanas a la calle, para recibir la confesión del Cacique
y Brigadier Mateo Pumacahua, a quien se le hizo saber que se le iba juzgar por
una Junta Militar y se le previno para que nombrara defensor, leyéndose los
nombres de los subalternos; Pumacahua nombró a Hilario Maldonado Teniente de la
IV Compañía del Primer Regimiento. Cuando se le interrogó entre otras cosas
dijo: Que la causa de su prisión es por el levantamiento que iniciaron los
Angulo en el Cusco, quienes lo engañaron y también se menciona que solicito mercedes
al Rey.
De la declaración y evidencias
contrastadas en un proceso sumarísimo la Junta Militar de Guerra procedió a
dictar la sentencia por la causal de traición al Rey en contra de Mateo García
Pumacahua: Muerte en la horca, seccionamiento y exhibición de sus miembros para
escarmiento.
Salieron de la capilla rustica de
Sicuani, lugar donde se dio lectura a la sentencia, Pumacahua con las manos
atadas en las espaldas, la Junta Militar, autoridades, con dirección a la plaza
y al cadalso que allí levantaron, había silencio absoluto en la población, el
reo miraba firme al patíbulo sin articular ya palabra alguna. Los verdugos a
empellones quitándole el poncho que llevaba procedieron a colgarlo para
satisfacción de unos e indignación y sorpresa de otros. Una vez muerto el
inerte cuerpo del Brigadier fue decapitado y desmembrado. Enviaron su cabeza al
Cusco para en una pica exhibirlo, el brazo derecho lo colgaron en el arco de la
plaza para escarmiento de los rebeldes y población en general. El resto del
cuerpo fue trasladado al cuartel general de Sicuani y quemado para
desaparecerlo.
Así termino el levantamiento y la
vida del cacique y brigadier Mateo Pumacahua Chihuantito.
El arco de la Plaza de Armas de
Sicuani, hoy casi desaparecido, monumento que debe ser reconstruido, por
constituir el testimonio de un acontecimiento histórico, que forma parte de la
historia de este pueblo y de la Independencia del Perú.
Los pobladores de Sicuani refieren que la vivienda con barrotes que existían en la calle Pumacahua, contigua a la plaza principal bien fue la que ocupo Don Huberto Gutiérrez o el que perteneció al Hotel Villafuerte, lugar donde estuvo recluido Pumacahua y donde recibieron la confesión que hizo.
© Guido Ancori Cervantes
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