martes, 10 de mayo de 2016

ROMANCE DE LA FERIA DE SICUANI


















LUIS NIETO MIRANDA
Del libro: Charango - Romancero cholo, 1942 

A Lizandro Guerra y sus “Tigres”

Un pícaro sol de feria
está en el cielo borracho:
¡se estuvo por las cantinas
toda la noche del sábado!
De tanto beber alcohol
solito se está incendiando.
(Para apagarlo en el río
quieren derribarlo a hondazos).
La mañana está que arde
con ese sol tan borracho.

Ya van llegando a la feria
los vientos cordilleranos.
Se han traído sus pututos
y en los ojos dos peñascos.
Los acompañan las brisas
con su carnaval de waynos.
Rocío de risas cholas
disparan por los sembrados.

De un huracán de polleras
el cielo se ha embanderado.

Los indios tienden al sol
lindos ponchos colorados.
En las cabezas los chullos
de alegría están gritando;
es como si el arcoíris
tuviese mil campanarios.
El día brinca de júbilo
como en fiestas del chaco.
En un mitin de colores
la plaza se está quemando.

Desde la hora del alba
la indiada estuvo llegando.
A la feria se han venido
desde los ayllus lejanos.
Ahí están de todas partes
con cargas y con atados:
los bayeteros de Hercca
y alfareros de San Pablo;
el que fabrica bandurrias,
hasta el que vende tostado.

Los chuchos de Chumbivilcas,
los que llegan del Kollao.

El indio que trajo lana
y cholo que lo ha alcanzado.

El que se vino del valle,
transparente, casi blanco.

El que comercia con coca
y el que ofrece ccañihuaco.

Nadie puede confundirse
porque el traje habla muy claro:
ni canas con los de Canchis,
ni kollas con kcori-lazos;
ni el indio de Suyo-Chumo
con el que viene de Layo.

Hay en la feria de todo
para los gustos más raros.
La rica fruta del Cuzco
y el dulce pan de Acomayo.
Las verduras de Arequipa,
los camarones de Tambo.
El maíz de la quebrada,
las cebollas de Chihuaco;
los quesos de Santa Rosa,
los frescos suches del Lago
y chicha blanca que cuesta
sólo diez cobres el vaso.

Nada le falta a la feria
de Sicuani en el mercado.
Ni sus mestizas bandidas
con sus caras de durazno,
ni el cholo que se da pisto
y enamora con charango.
Ni los “tigres”, ni Juan Loco
con su excelente anisado,
ni nuestra María Vera
de la chicha y el güen trato,
con clientela famosa
por eso del bebe largo.
Nada le falta a la feria
del domingo en el mercado!

Después de un día de fiebre,
cumplido ya su trabajo,
apoyándose en los cerros
el sol se va tambaleando.
Se va sediento y apenas,
con ganas de echarle un trago.
(Seguro que va “a empalmarla”
con buen alcohol de Cartavio).

A veces se pierde días
y es difícil encontrarlo.
(Por las cantinas del cielo
siempre lo pillas borracho).

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