miércoles, 11 de mayo de 2016

Romance de la Barbaracha - Luis Nieto Miranda

Si algo debemos recordar del gran poeta canchino Luis Nieto Miranda, es su talento como literato, su identificación con los pobladores andinos y su férreo amor por la tierra que lo viera nacer. El Cholo Nieto, como solían llamarlo sus amigos y admiradores, fue un hombre que se compenetró con las vivencias del pueblo, además de sentir en la piel la pobreza y las grandes desigualdades de nuestra sociedad peruana. Nació el 10 de octubre del año 2010, en Sicuani, junto al Wilcamayu, Provincia de Canchis, departamento del Cusco.

Vivió en una calle céntrica de Sicuani, muy cerca a la tradicional 2 de mayo; realizó sus primeros estudios en la escuela fiscal de varones 791, para posteriormente trasladarse junto a su familia a la ciudad del Cusco; es desde allí que se proyecta sus ideales y sentimientos profundamente peruanos y revolucionarios, hecho verso, himno y canción.

Su poesía, llamada “chola”, fue dedicada a su tierra Sicuani y Canchis, de profundo y hermoso sentimiento pueblerino y serrano, “poesía vivencial”, como alguien acertadamente la califico; y es en estas páginas del espacio virtual que compartiremos el mensaje que nos dejó y que seguro trascenderá al mundo entero.

Guido Ancori Cervantes.  

Romance de la Barbaracha

Luis Nieto Miranda

(A Rafael, a Juan, a Víctor, al Sr. Conde, al Cholo, al Caballero, al Glorioso, al Pisquito, al Borracho y a K’allata, mis amigos.)

Chola que te quiero chola
más fresca que una manzana,
con tu pollera redonda
y tu blusa de percala.
Te brilla limpia la risa
como el cristal de la escarcha.
Tus ojos relumbran pícaros
como estrellitas del alba.
El sol retoza en tus labios,
la luna envidia tu cara.

Tus dos trenzas me parecen
dos víboras sobre tu espalda.
Así da gusto mirarte
caminito de la plaza,
encabritando a tu paso
los celos de la cholada.
Quisiera ser gavilán
para clavarte mi garra
y degollar en tu pecho
tus dos palomas esclavas.
Como yo nadie te quiere,
chola lisa y palangana,
con tus catorce polleras
y tu mantón pura-lana.

Toda vestida de fiesta
te sorprendí en una farra,
una tarde dominguera
de picante y chicha baya.
Y después del trago corto,
cuando ya estabas picada,
pediste un wayno de aquellos…
con charango, arpa y guitarra.
Entonces con qué gustazo
cantaste con toda el alma;
si parece que tenías
una alondra en la garganta.

Ahora que venga el baile
bien zapateado y con gracia
y los pañuelos disparen
su serpentina de plata.
-Así es lo bueno, bandida.
Dale fuerte, Barbaracha.
Qué lindos están tus ojos
Brillando como dos ascuas!
Cómo flamea tu risa
hasta incendiar la jarana
y cómo grita de júbilo
tu pollera colorada.
Mírame que te estoy viendo,
cholita de rompe y raja;
repiquetea en mi pecho
con alegría y con rabia!

Las palmas queman el aire.
Ya relucen las miradas.
Y su corazón borracho
se abre como una granada.
Cómo se ríe el charango.
Cómo gime la guitarra.
Cómo le brincan los senos
y estalla su carcajada.

-Cholita, chola relinda.
levanta un poco tu falda;
me han contado que tus muslos
son más rosados que el alba.
Hay que ver cómo te gusta
mover furiosa las ancas.
¡Ganas medan de saquearlas
con mis dos manos piratas!

¡No ves que brillan cuchillos
sedientos en mi Mirada?
¡Cómo quisiera morderte,
cholita de pinta brava!

Bailando toda la noche
se estuvo la Barbaracha.
Bebiendo chicha y cañazo
hasta la hora del alba.

Y después de tanto wayno
sus dos palomas borrachas,
bajo la verde percala
dormían encarceladas!…


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