viernes, 3 de septiembre de 2021

DIEGO CRISTOBAL TÚPAC AMARU Y EL ARMISTICIO DE SICUANI

La ejecución de José Gabriel Túpac Amaru, el 18 de mayo de 1781 en la plaza de cuzco, no marcó el final del gran levantamiento indígena contra los españoles, sucedió en el mando su primo hermano Diego Cristóbal (1750-1783), quien trasladó la capital de la rebelión al pueblo de Azángaro(Puno).

El mariscal de campo Del Valle, cuyo objetivo principal fue asegurar la tranquilidad de las poblaciones del valle del río Wilcamayu (Vilcanota), reforzó las defensas militares de Paucartambo y en el Sur las de Sicuani. Desarrolló su primera sangrienta campaña de pacificación, sin mayores resultados encontrando en el sur del Perú (Azángaro, Lampa) la férrea resistencia de las huestes indígenas rebeldes de Diego Cristóbal Túpac Amaru. Los españoles en su afán desesperado de lograr la pacificación del Virreinato, promulgaron un Bando (IX-1781) donde entre sus principales ofertas se consideraba el perdón general y la suspensión de Tributos por un año.

Diego Cristóbal, en una carta al visitador Areche, muestra su disconformidad y burla a la amnistía pregonada, al disponer los españoles la detención de su sobrino Mariano Túpac Amaru y la ejecución de Túpac Catari. A fines de 1781, Diego Cristóbal se inclina a pactar el perdón del Virrey, gestionada por el Obispo Moscoso y Peralta, firmada en Lampa (11-XI-1781) y que debería ser ratificada con su rendición en la villa de Sicuani, ante el mariscal Del Valle como jefe militar realista y autoridades, con ocasión del paso por dicha población de las tropas realistas de la segunda expedición pacificadora.

En el Cuzco, Del Valle, preparaba la segunda campaña de pacificación con 3000 hombres armados para eliminar los numerosos focos rebeldes diseminados en el sur y el alto Perú. Debido al acuerdo con Diego Cristóbal Túpac Amaru, marcharon Del Valle y el Obispo Moscoso y Peralta rumbo a Sicuani. Perfectamente informado del avance y ruta de los realistas, Diego Cristóbal bajo a Sicuani, con numerosa comitiva de resistencia indígena, que se mostraban incrédulos frente a la amnistía y perdón, siendo abandonado en el camino por muchos de su escolta principal. Entro a la plaza de Sicuani con algo más de 50 hombres. El líder rebelde descendió de su caballo y se detuvo frente a Del Valle, quien saludándolo le reitero la protección del Rey si cumpliese fielmente su promesa de sumisión, lo cual suavizo la tensión existente entre ambos jefes.

La ceremonia del indulto y juramento de fidelidad fue organizado y llevado a cabo en el pueblo de Sicuani, el 27 de enero de 1782, luego de que el obispo día antes, en misa solemne levantara la excomunión a Diego Cristóbal y familiares. El acto se desarrolló en la iglesia, ante las autoridades, oficiales y gran número de españoles, criollos, mestizos e indios. El auditor de Guerra leyó en voz alta el texto oficial, donde disponía la rendición, entrega inmediata de armamento, la presentación voluntaria de todos los que deseen acogerse a la amnistía, entre otros. Diego Cristóbal Túpac Amaru prestó el juramento y entrego su espada a Del Valle; recibida este la levantó mostrando a los presentes para luego devolvérsela, manifestando que con ella ayudará a la pacificación de los pueblos rebeldes. El alférez que sostenía el estandarte español paso tres veces por sobre la cabeza del rebelde en señal de sumisión. Al finalizar la ceremonia, indígenas de diferentes provincias solicitaron el perdón para ellos y sus familiares.

Hechas las pases, acompañado por Diego Cristóbal Túpac Amaru, Del Valle, continuo con la campaña hacia el Sur, mientras el Obispo Moscoso y Peralta retornó a Cusco. En Lima el 20 de Febrero de 1782, el Virrey Jauregui, publicó un Bando sobre “la rendición” de Sicuani, y la total pacificación del Sur.

El trato con los españoles fue un acto de cruel venganza, el armisticio de perdón y amistad promovido por las autoridades españolas no fue sincero, era un ardid mientras encuentran el pretexto para condenarlo legalmente. Finalizaba el mes de marzo de 1783, cuando un cura, denunció un conato subversivo en el pueblo de Marcapata, cuyo cabecilla fue Simón Condori; en el interrogatorio se forzó responsabilizar como autores intelectuales a Mariano Túpac Amaru, Diego Cristóbal y a su madre Marcela Castro. El oidor Matalinares, después de un juicio amañado y sumario expidió sentencia, la horca para Condori y su vástago, Diego Cristóbal torturado y atenazado con hierro caliente para luego ser ahorcado y descuartizado; también junto a ellos sufrió tortura y horca Marcela Castro, los otros supuestos responsables fueron sentenciados a destierro y otras penas.

Bibliografía:

- EDUBANCO (1983) TUPAC AMARU Y LA IGLESIA Antología - Lima Perú
- Valcárcel Carlos Daniel (1973) La Rebelión de Túpac Amaru - Lima Perú

© GUIDO AMILCAR ANCORI CERVANTES

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