jueves, 15 de septiembre de 2022

ENRIQUE P. MEJÍA Y LA FÁBRICA DE TEJIDOS DE MARANGANI


La Fábrica de Maranganí, fue la industria de mayor importancia entre todas las actividades manufacturadas con que contó la provincia de Canchis, ofrecemos algunos datos de ella y de sus pioneros como un reconocimiento a su trascendente labor y trabajo.

A 5 kilómetros de Sicuani ciudad capital, se hallaba la fábrica de Maranganí, que es de tejidos de lana, está ubicado en el lugar denominado "Los molinos", de la parcialidad de Chectuyoc, jurisdicción del distrito de Maranganí.

Fue fundada el año de 1895 por el Sr. Pablo P. Mejía, en el flanco derecho (E) de la línea férrea, aprovechando una pequeña caída de agua, la que sólo generaba 200 caballos de fuerza; este factor hizo que operara la actividad mecánica con rendimiento limitado.

A la muerte de su fundador, fue administrada por la “Sociedad Industrial Maranganí" la que impulsó en algo el desarrollo de la fábrica, mejorando la potencialidad hidráulica y algunas dependencias. Algunos años después pasa a ser administrado por el ingeniero textil Enrique P. Mejía, como único propietario, desde 1914, año en que asumió el activo y pasivo de la dicha Sociedad, comprando las acciones de sus asociados.

Debido a la actitud emprendedora y el celo industrial, que fueron características en el señor Mejía. La Fábrica de Maranganí, ingreso a una era de progreso definitivo, habiendo sido mejorada notablemente o mejor dicho reformada y ampliada en todo aspecto, lo que bien equivale a decir que se estableció una gran y nueva fábrica en base de la fundada por su señor padre. Pues merced al dinamismo que dignificó al señor Mejía, la Fábrica de Marangani funcionó en nuevos y espaciosos pabellones, edificados para tal fin al flanco izquierdo (W) de la vía ferroviaria y con una dotación de selectas maquinarias modernas para todas sus secciones, por estas razones y en merito a la calidad de productos que se manufacturaron en sus talleres esta fábrica fue considerada como la primera entre las de su clase en el Sur del Perú.

Fabricó toda clase de géneros de lana como son: casimires, paños, gabardinas, frazadas, mantones, entre otros, que superaron a muchos de factura extranjera y nacional, tanto por la consistencia como por la calidad, legitimidad y pureza de las materias primas que utilizó; llegó a distribuir y vender toda su producción en el país por medio de sus diez sucursales que se instalaron en Lima, Callao. Chiclayo, Huancayo, Mollendo, Arequipa, Puno, Juliaca, Cuzco y Sicuani.

Trabajaron en los talleres de esta fábrica 150 obreros siendo en su mayoría naturales de las comunidades aledañas y la provincia, todos considerados dentro de un sistema administrativo sujeto a disposiciones legales de la nación.

La Central Hidroeléctrica que generó sostenidamente 600 caballos de fuerza, ubicada en la parcialidad de Hercca comprensión del distrito de Sicuani, suministro toda la fuerza que necesitó la Fábrica de Tejidos y además proporcionó en aquellos años el alumbrado eléctrico a la ciudad de Sicuani.

La central tiene un grupo hidroeléctrico compuesta de una turbina Pelton de 600 H.P. un generador de la General Electric Co. Norte América de 500 K.V.A, y la caída de agua es de 100 metros, proveniente del río Hercca que nace de la laguna de Langui. La instalación de esta planta eléctrica fue el eje que impulso la evolución y el resurgimiento de la fábrica textil de Marangani y la que favoreció el nacimiento de otras industrias especialmente en la ciudad capital de Sicuani.

Fue tan grande el apogeo y desarrollo de Marangani y Sicuani, gracias a la obra de don Pablo y Enrique Mejía, padre e hijo, floreciendo su industria entre los años de 1895 y 1970, actividad que honró a Canchis y prestigio a la industria regional.

Hoy el complejo industrial textil está pereciendo, al parecer nada quedara en pie, ni siquiera como patrimonio cultural que de fe de nuestra notable historia;  y es que desde tiempos inmemoriales hay quienes a través de la fuerza intentan destruir lo que otros con mucho esfuerzo han edificado. Hay quienes se sienten con el derecho de trasgredir los límites que separan la cordura de la insensatez, amparados en su simple y propia lógica.



Bibliografía: Canchis-Semanario Independiente-Sicuani- julio-1930

© Guido Amílcar Ancori Cervantes

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