La Fábrica de
Maranganí, fue la industria de mayor importancia entre todas las actividades
manufacturadas con que contó la provincia de Canchis, ofrecemos algunos datos
de ella y de sus pioneros como un reconocimiento a su trascendente labor y
trabajo.
A 5 kilómetros
de Sicuani ciudad capital, se hallaba la fábrica de Maranganí, que es de tejidos
de lana, está ubicado en el lugar denominado "Los molinos", de la parcialidad
de Chectuyoc, jurisdicción del distrito de Maranganí.
Fue fundada
el año de 1895 por el Sr. Pablo P. Mejía, en el flanco derecho (E) de la línea
férrea, aprovechando una pequeña caída de agua, la que sólo generaba 200 caballos
de fuerza; este factor hizo que operara la actividad mecánica con rendimiento limitado.
A la muerte
de su fundador, fue administrada por la “Sociedad Industrial Maranganí" la que impulsó en algo el desarrollo de la fábrica, mejorando la potencialidad hidráulica y algunas dependencias. Algunos años después pasa
a ser administrado por el ingeniero textil Enrique P. Mejía, como único
propietario, desde 1914, año en que asumió el activo y pasivo de la dicha
Sociedad, comprando las acciones de sus asociados.
Debido a la
actitud emprendedora y el celo industrial, que fueron características en el señor
Mejía. La Fábrica de Maranganí, ingreso a una era de progreso definitivo,
habiendo sido mejorada notablemente o mejor dicho reformada y ampliada en todo
aspecto, lo que bien equivale a decir que se estableció una gran y nueva fábrica
en base de la fundada por su señor padre. Pues merced al dinamismo que
dignificó al señor Mejía, la Fábrica de Marangani funcionó en nuevos y espaciosos
pabellones, edificados para tal fin al flanco izquierdo (W) de la vía ferroviaria
y con una dotación de selectas maquinarias modernas para todas sus secciones,
por estas razones y en merito a la calidad de productos que se manufacturaron en
sus talleres esta fábrica fue considerada como la primera entre las de su clase
en el Sur del Perú.
Fabricó toda
clase de géneros de lana como son: casimires, paños, gabardinas, frazadas,
mantones, entre otros, que superaron a muchos de factura extranjera y nacional, tanto
por la consistencia como por la calidad, legitimidad y pureza de las materias
primas que utilizó; llegó a distribuir y vender toda su producción en el país por
medio de sus diez sucursales que se instalaron en Lima, Callao. Chiclayo,
Huancayo, Mollendo, Arequipa, Puno, Juliaca, Cuzco y Sicuani.
Trabajaron en
los talleres de esta fábrica 150 obreros siendo en su mayoría naturales de las
comunidades aledañas y la provincia, todos considerados dentro de un sistema administrativo
sujeto a disposiciones legales de la nación.
La Central Hidroeléctrica
que generó sostenidamente 600 caballos de fuerza, ubicada en la parcialidad de
Hercca comprensión del distrito de Sicuani, suministro toda la fuerza que necesitó
la Fábrica de Tejidos y además proporcionó en aquellos años el alumbrado eléctrico a la ciudad de Sicuani.
La central
tiene un grupo hidroeléctrico compuesta de una turbina Pelton de 600 H.P. un
generador de la General Electric Co. Norte América de 500 K.V.A, y la caída de
agua es de 100 metros, proveniente del río Hercca que nace de la laguna de
Langui. La instalación de esta planta eléctrica fue el eje que impulso la
evolución y el resurgimiento de la fábrica textil de Marangani y la que
favoreció el nacimiento de otras industrias especialmente en la ciudad capital
de Sicuani.
Fue tan grande el apogeo y desarrollo de Marangani y Sicuani, gracias a la obra de don Pablo y Enrique Mejía, padre e hijo, floreciendo su industria entre los años de 1895 y 1970, actividad que honró a Canchis y prestigio a la industria regional.
Hoy el
complejo industrial textil está pereciendo, al parecer nada quedara en pie, ni
siquiera como patrimonio cultural que de fe de nuestra notable historia; y es que desde tiempos inmemoriales hay
quienes a través de la fuerza intentan destruir lo que otros con mucho esfuerzo
han edificado. Hay quienes se sienten con el derecho de trasgredir los límites
que separan la cordura de la insensatez, amparados en su simple y propia lógica.
Bibliografía: Canchis-Semanario Independiente-Sicuani- julio-1930
© Guido Amílcar Ancori Cervantes
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