Se dice que a
fines de la década de los años 40, llego desde México,
el famoso y controvertido monumento del “piel roja”, el mismo que
inconsultamente fue colocado en la plaza mayor del Cusco. En setiembre
de 1969, a solicitud de la población, las autoridades trajeron a tierra el
monumento del “piel roja”, en ese momento que forma parte ya de la historia, se comentó
en medios periodísticos de alcance nacional (*) como es el
caso del diario Expreso del 14 de setiembre de 1969,
que se trataba de “Una estatua ajena a su
majestad, a su tradición y a su historia, que era como una paradoja plantada en
el mismo corazón del Cusco, en una plaza llena de glorias, estremecida de acentos
épicos , donde asentó su poder, un imperio donde gobernaban hombres y dioses en
la más grandiosa de sus épocas”; al mismo tiempo es que en el Cusco, se inició un efervescente debate sobre
quien debería suceder al controvertido monumento del “piel roja”, que obligatoriamente
fuera retirado del centro de la plaza. Se propuso el monumento de Tupac Amaru II, debate que nunca tuvo frutos
porque no se tuvo la firmeza por parte de los entendidos para reafirmar
la obra y trascendencia del levantamiento en armas de “Tupac
Amaru II” y que fuera, para
escarmiento de la raza indígena, sacrificado cruelmente en la plaza del
Cusco. Ese es su lugar, Tupac Amaru en la
plaza del Cusco.
Reconocidas
personalidades de aquel entonces como el Dr. Luis E. Valcárcel, opinaban igual
y él decía que “el único problema era el
encontrar un escultor que lograra representar y dar forma al gran cacique, como
libertad, como esperanza, como espíritu de lucha”. El ilustre historiador
de algo si estaba convencido, de que la obra debía ser forjada en pura piedra.
Concordante con ello, la investigadora y periodista cusqueña Alfonsina
Barrionuevo, decía, “se debe quitar el
cemento y otros materiales de la plaza del Cusco, para hacer de ella una plaza
de Piedra, que armonice con el Cusco imperial, cabeza de un pueblo y raza
milenaria que domino la piedra a la perfección como huella y
mensaje al mundo de su gran poder; y poner en ella el monumento del héroe, la tierra de todas las naciones
americanas como un símbolo de la reintegración y como la respuesta que siempre
se esperó al verdugo Areche”. Refiriéndose a Tupac Amaru II.
En el año
2012, se revivió este dilema y debate en la histórica ciudad del Cusco,
volviendo a la memoria el tristemente célebre “piel roja”, porque
aquel mismo lugar fue ocupado para sorpresa de todos, por
otro monumento de manera inconsulta y apresurada, esta vez el de un “Inca” anónimo.
Porque no se recordó en aquel momento de importantes decisiones al ilustre alcalde Daniel
Estrada, que tuvo como premisa central de su gobierno la necesidad de plasmar
en la ciudad imperial marcas de memoria, para recordar, en cada piedra, en cada
monumento o edificación el origen Inca de la ciudad, ombligo del mundo.
(*)Alfonsina Barrionuevo, nacida en Cusco, Perú, es abogada, periodista y escritora; con grados académicos en la Universidad Nacional de San Marcos de Lima. Autora de 24 libros sobre temas peruanos y también novela.
Datos:Archivo Temporal-E Chávez-Saqra Cusco 2012.
(*)Alfonsina Barrionuevo, nacida en Cusco, Perú, es abogada, periodista y escritora; con grados académicos en la Universidad Nacional de San Marcos de Lima. Autora de 24 libros sobre temas peruanos y también novela.
Datos:Archivo Temporal-E Chávez-Saqra Cusco 2012.
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